LOS 12 ESPIAS



Puedes leer de los 12 espías en tu Biblia en el libro de Números capítulos 13 y 14
La historia de los los espías es un episodio crucial de la historia del pueblo de Israel. Este episodio nos va a enseñar algo súper importante, nos va a enseñar algo acerca del temor y de superar las dificultades. 

El pueblo de Israel había salido de Egipto. Dios los había sacado de la esclavitud en la que vivían y por medio de Moisés atravesarían el desierto y llegarían a la ansiada Tierra Prometida. Habían caminado durante meses y estaban cansados. Cuando haces un largo viaje, en coche o en avión siempre preguntas ¿cuanto falta para llegar a casa? Imagínate aquel pueblo que iba caminando ¡Cuantas ganas tenían de llegar a su destino!.

Cuando estaban cerca de la tierra que iban a habitar, Moisés reunió al pueblo y llamó a un líder de cada una de las 12 tribus. Entonces Moisés les explicó que enviaría a un espía de cada tribu de Israel para ver la tierra, porque nadie sabía cómo era la gente que vivía allí.
Recordad que este era un pueblo que acababa de salir de Egipto donde eran esclavos y no tenían ni idea de batallas o de guerras, ellos no eran militares, pero tenían una cosa muy importante a su favor, Dios estaba con ellos.

Los 12 espías salieron para reconocer la tierra de Canaá, iban con temor, porque no sabían lo que iban a encontrar allá. Llevaban un objetivo claro, ver si la tierra era buena, productiva, si era una zona llana o había montañas, ríos... también investigarían si había soldados y ejército y si este era poderoso. Los 12 espías tenían que regresar con un informe detallado, de este informe dependía que el pueblo de Israel se organizara para enfrentar batalla contra ellos.

Cuando llegaron a la tierra todos se dieron cuenta de algo increíble, la tierra era buena, las viñas daban unas uvas enormes, un racimo de uvas era tan grande que una sola persona no podía transportarlo. Los frutos eran hermosos, la tierra era buena y había de todo. Dios le había hablado de la tierra a Moisés diciéndole que era una tierra “que fluía leche y miel”, esta expresión quiere decir que era una tierra de abundancia, en donde podrían vivir bien y prosperar.  

Pero no todo era tan bueno, las ciudades estaban rodeadas de murallas muy altas con altos torreones. Los guerreros también eran altos y fuertes. Los espías estaban muy sorprendidos y algunos muy asustados. Llegar a la Tierra Prometida no iba a ser fácil, tendrían muchas dificultades para conquistar la tierra. Durante 40 días inspeccionaron la tierra.

Cuando los 12 espías llegaron ante Moisés algunos iban llenos de miedo, no aconsejaban la invasión, le aseguraron a Moisés que habían visto hombres tan grandes como gigantes y que ellos a su lado eran como pulgas. No podremos con ellos, nos matarán. Solo dos de los espías, Josué y Caleb creían que era posible que el pueblo de Israel entrara a conquistar la tierra, el restos estaban muertos de miedo.

Josué y Caleb insistían a Moisés, "La tierra es buena Moisés, es tal y como Dios dijo. Tenemos que entrar y luchar para conquistar ese territorio, Dios nos va  ayudar."
Pero los otros diez espías trataban de persuadir a Moisés para que desistiera de la idea, "No es buena idea luchar contra un pueblo tan fuerte, son gigantes, son poderosos, no merece la pena que arriesguemos las vidas"

Cuando el pueblo comenzó a escuchar el informe de los espías, que aquel pueblo estaba habitado por gigantes, que eran muy fuertes y poderosos todos comenzaron a temer. Algunos empezaron a quejarse de Moisés. "Por su culpa estamos así, que bien vivíamos en Egipto, allí teníamos de todo, teníamos pepinos, melones..., y ahora estamos aquí en este desierto, todo por su culpa" decían de Moisés. Otros comenzaron a pedir un nuevo líder para Israel que los llevase de vuelta a Egipto.

Moisés no sabía que hacer con un pueblo tan duro, entonces consultó a Dios, y el Señor le contestó que aquel pueblo era tan incrédulo que no entrarían en la Tierra Prometida tan rápido, estarían 40 años en el desierto y después entrarían en la Tierra Prometida.

Y así pasaron 40 años en los que el pueblo de Israel caminó por el desierto viviendo conflictos y situaciones muy complicadas por causa de su incredulidad y falta de confianza en Dios. El pueblo no entró hasta que todos los incrédulos murieron. Sólo los niños y los jóvenes entraron en la Tierra Prometida. Josué y Caleb también entraron en ella, porque habían puesto su confianza en Dios.


 


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